Camino como si fuera mi último día. Partes de mi cuerpo están completamente cercenadas, dejo de respirar tranquilamente desde que deje de pensar en las cosas más básicas de la vida. Creo he dejado de existir. Creo que mi vida esta hecha de pedazos de basuras que se van amontonando en los pequeños huecos que tiene por defecto la vida. Hoy no se donde estoy, ayer tampoco lo supe, me volteo a ver mi mano derecha, tengo una especie de animales que veo se divierten sin saber lo que me ocurre a mi. Totalmente ajenos a su realidad. Totalmente ajenos a entender lo que le va a ocurrir a su contexto. Ellos creen que su existencia no depende de mi vida, no tienen idea lo que les puede ocurrir justo en el momento en que mi mano derecha sea cortada de un solo machetazo por esa estructura que he planeado justo para empezar a acabar conmigo. Ya basta de mis dedos de la mano izquierda, necesito ofrecerle un brazo a los dioses. Los pequeños amigos que viven ahí creen que siempre van a poder alimentarse de la suciedad y el esperma que constantemente los rodeaba. Hoy se acaba eso, dentro de poco van a empezar a sentir lo que significa que tu contexto se pudra lentamente, dentro de poco les va a dar asco vivir en ese lugar donde tanto eran felices, y poco a poco irán muriendo, como vil plaga que son, como viles zánganos que solo viven de lo que recolectan, hoy soy egoísta, hoy me hace feliz terminar con toda una civilización, aunque solo sea de los tristes parásitos que habitan en mi mano derecha.